El Pontevedra CF ha cerrado la primera vuelta como campeones de invierno, con 39 puntos en 17 partidos, un balance de 12 victorias, 3 empates y 2 derrotas. En una categoría tan traicionera como la Segunda Federación, donde no hay partido fácil, hemos demostrado ser un equipo competitivo y con una afición que nos hace especiales.
Un inicio complicado
La temporada arrancó con una victoria en casa contra el Valladolid Promesas, que nos dio una alegría. Una jornada después, el equipo se desplazaba a San Lázaro para enfrentarse al Compostela. El partido estaba controlado, pero un gol en el tiempo de descuento nos dejó con un mal sabor de boca. Ese empate, que muchos sentimos como una derrota, sirvió para recordar que no hay partidos fáciles en esta categoría. La primera derrota fue en Soria, contra el Numancia, nuestro principal perseguidor. Ese 2-0 nos dejó tocados, pero tocaba reponerse rápidamente. La segunda llegó a principios de octubre, en casa, contra el Marino de Luanco. Fue inesperada, ya que la suerte no estuvo a nuestro favor.
Además de las dificultades deportivas, la temporada también estuvo marcada por el conflicto legal con Borja Domínguez. A principios de septiembre, el jugador denunció al Pontevedra CF SAD por el incumplimiento de la cláusula de renovación de su contrato. La situación generó tensión, pero el 19 de noviembre, Borja ganó el juicio, y el club tendrá que indemnizarle con 45.000 euros. Este episodio no ha afectado al rendimiento del equipo, que ha sabido mantenerse unido y centrado en el objetivo.
Este es el camino
De los nueve partidos fuera de casa, solo perdimos contra el Numancia. Eso dice mucho de cómo hemos manejado los desplazamientos. En cada uno de ellos, he hablado con gente local, y la misma frase se repite: «El Pontevedra no es un club para esta categoría». Eso nos llena de orgullo, porque sabemos que, a pesar de estar en la Segunda Federación, nuestra historia y el actual nivel de nuestro equipo va más allá.
¿Quién olvida las victorias en los últimos minutos contra el Deportivo Fabril o el Coruxo? Esas remontadas, esas victorias sobre la bocina, son momentos que quedarán para siempre en nuestra memoria. Han sido partidos que han reflejado el alma de este equipo, que nunca se rinde y siempre pelea hasta el último segundo. Yago Iglesias, con sus recursos limitados, ha logrado hacer algo increíble. Ha dado confianza a todos los jugadores, rotando la plantilla y sabiendo cómo hacer que cada miembro de la plantilla se sienta importante. Esa unión, ese compromiso, es lo que nos ha llevado hasta aquí.
A lo largo de esta primera vuelta, hemos afrontado dos bajas importantes que han puesto a prueba a nuestra plantilla. En octubre, perdimos a uno de nuestros capitanes, Churre, tras una entrada sin sentido en el partido contra el Escobedo que acabó con una rotura de ligamento cruzado, dejándole fuera toda la temporada. Para suplir su baja, llegó Pelayo Suárez, quien, aunque estaba sin equipo, ha rendido a un nivel altísimo. A finales de noviembre, Jesús Cambil sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior en el partido contra el Salamanca UDS. A pesar de la lesión, Cambil siguió jugando y anotó un gol. Su baja, al igual que la de Churre, han sido un golpe duro, pero el equipo ha seguido rindiendo a un gran nivel, demostrando que, incluso con estas ausencias, seguimos siendo fuertes.
Seguimos soñando
La Copa del Rey, otro sueño que sigue vivo. La eliminación del Levante por 4-1 y el 1-0 ante el Villarreal fueron victorias donde el equipo de fútbol profesional parecíamos nosotros. Nos enfrentaremos al Mallorca, un viejo conocido, en un duelo que promete ser épico. Hay muchas ganas de revancha, y el ambiente en Pasarón se espera espectacular; si no se consigue el lleno, estará muy cerca de lograrse. Ya nos enfrentamos a ellos en Copa del Rey en Pasarón, donde nos derrotaron con dos goles en la prórroga. Aquella eliminación aún está presente en nuestra memoria, pero esta vez, la historia será diferente. La Copa está creando una ilusión especial en la ciudad. La afición se ha volcado, y es algo que no se ve todos los días en la temporada regular. Nuestro objetivo es que esa gente, que ahora disfruta del equipo en la Copa, se quede con nosotros, nos apoye cada semana y se convierta en parte de la gran familia granate.