Nadie dijo que esta temporada iba a ser fácil. Y nadie dijo que nos íbamos a pasear por los campos de todo el grupo. Y aún así, parece que llevar el cartel de favorito por calidad individual de plantilla nos está pesando más de lo que debería. Hoy el Pontevedra ha empatado con un recién ascendido, un Compostela que supo hacer muy bien las cosas y, como dice el título de la crónica, plantó cara al Pontevedra CF en todas las líneas.
El inicio del partido nos traía un nuevo cambio en el once inicial. Si la semana pasada veíamos dos nuevas incorporaciones, en esta Jesús Ramos decidía volver a dar entrada a un recuperado Romay y seguir confiando en Jorge en vez de Oier para la banda derecha. Y aunque todo pintaba bien, el partido no pudo empezar peor, ya que en el minuto 5, un rechace de un centro raso que no debía generar ni peligro le llegó a los pies de Brais Abelenda que consiguió marcar y subir el primero gol al electrónico del Vero Boquete.
Con ese gol tempranero venía el recuerdo del partido ante Unionistas, donde nos marcaron primero y no pudimos remontar hasta casi terminado el partido. Afortunadamente, apareció 5 minutos después un inspirado Jorge que de un zurdazo batió a un Pato que no se esperaba ese disparo de calidad en el extremo granate.
Con las tablas en el marcador el partido se puso muy bonito para los espectadores. Con dos equipos queriendo poner sus ideas en el terreno de juego: un Compostela que quería combinar y crear jugadas y un Pontevedra CF tirando de su juego directo, con un mediocampo que siempre optaba por ir a las bandas y un Rufo que se ofrecía en cualquier jugada. En una de esas, Romay tiró un pase entre líneas para que el madrileño se plantara en una posición ventajosa ante Pato, pero los cables se le cruzaron de alguna manera al delantero e intentó un globo fallido que le dio en el pecho al portero local, pese a que los granates pidieran mano.
Cuando estaba a punto de terminar la primera parte, vino el golpe psicológico. La banda izquierda del Compostela supo aprovecharse de la tibieza general de Aitor en este partido y sacaron en el minuto 44 un centro raso que Primo supo controlar muy bien dándose la vuelta y batiendo a Mario sin compasión. Los de Jesús Ramos se iban al vestuario por detrás en el marcador.
El gol psicológico no tuvo efecto en el Pontevedra, que salió en la segunda parte sin cambios e inmediatamente igualó de nuevo el partido. Lo hizo Imanol, consiguiendo en una falta en la frontal un disparo al puro estilo folla seca que Pato no vio venir. Algún comentarista de la TVG dirá que fue fallo del portero, pero el efecto y la intención de Imanol hicieron que el lanzamiento fuera muy complicado de parar.
A partir del gol granate el partido se puso de cara para los locales. Ramos tiró de cambios, sacando a un desaparecido Alex González y metiendo a Oier, para más tarde retirar a Charles y meter a Borja, buscando algo más de control en el centro de campo con un 4-2-3-1. Ninguno de los dos cambios funcionó. El Compostela supo imponer su juego en la última media hora del partido y los granates se quedaron sin ideas, haciendo un juego directo hacia Rufo del que se conseguía sacar poco. Tal fue el dominio del Compostela que en el minuto 83 Aitor volvió a perder la espalda y Primo estuvo a punto de marcar con su disparo que se fue al larguero.
El partido terminaría con un Pontevedra que pudo conseguir los 3 puntos a balón parado gracias a varios corner seguidos, pero la suerte no estuvo del lado de los visitantes, dejando las tablas en el marcador ante 150 personas que se fueron a sus casas con un sabor agridulce, sabiendo que su equipo podía haber conseguido algo más ante el, todavía, líder del grupo.
📸 SD Compostela