Ayer terminó el sueño del Pontevedra CF de la Copa del Rey. Y lo hizo con la cabeza bien alta, siendo fiel a su estilo, arropado por su afición y poniendo contra las cuerdas a un equipo de primera división como el Getafe CF el cual yo personalmente, aún estoy dudando de si lo que practican sobre el verde se puede llamar fútbol. Ayer estábamos tristes, apenados y rabiosos por el resultado y por la manera en la que nos apearon. Y es normal, todo el que siente al Pontevedra como suyo se sintió así, pero no podemos dejarnos llevar por estos sentimientos iniciales, lo que debemos hacer es dar un paso atrás, mirar donde estamos y sonreir.
Sonriamos porque hemos hecho historia 52 años después, llegando a octavos de Copa del Rey ganando a un campeón de Europa League como el Villarreal y al subcampeón actual de Copa del Rey como el RCD Mallorca.
Sonriamos porque gracias a estos cuatro partidos la ciudad se ha vuelto más granate. En todos los bares, cafeterías, restaurantes y plazas se hablaba de las gestas que estaba haciendo el Pontevedra, de como estaba jugando y del gran ambiente que se había vivido en Pasarón durante los partidos. La ciudad despertó y volvió a ser del Pontevedra CF, un sentimiento que lleva muchos años aletargado y que ha vuelto a demostrar que esta pequeña ciudad vive por y para su equipo.
Sonriamos por todos esos niños a los que les brillaban las caras viendo al Pontevedra ganar al Mallorca. Por todas esas bufandas que los más pequeños hicieron comprar a sus padres y madres y por esas camisetas que, aún a falta de existencias, tiñeron el estadio y la ciudad del color de nuestro corazón, del granate que todos vivimos y queremos. Y por todas esas sonrisas cuando un Rufo, un Álex o unChiqui se acercaba a ellos a chocarles las manos al final del partido.
Sonriamos también por la afición, por nuestra afición. Por todas las gradas que han disfrutado al máximo estos cuatro partidos. Desde Fondo Norte con sus tifos, sus cánticos y su presión, pasando por Preferencia con sus palmas y sus gritos o Fondo Sur, que incluso ayer contra el Getafe consiguió arrancar un cántico a todo el estadio. Y también por Tribuna, que aunque es la grada menos animada, ayer demostró que, a su manera, vive los colores como los vivimos todos, con intensidad y devoción.
Sonriamos por nuestro estadio. Por lo precioso que se ve lleno, con todas las gradas animando y llenas de color. Porque para los dos mil locos que vamos todas las jornadas ver granates donde normalmente hay sillas vacías hace que nuestros ojos brillen. Ojalá todas las jornadas de liga se sintieran así. Ojalá.
Sonriamos también porque España entera ha vuelto a hablar del Pontevedra Club de Fútbol. Todo el estado ha renovado esos recuerdos del Pontevedra de los años 70, del hai que roelo que xa voltou y de que nos han demostrado que seguimos siendo un equipo al que se le tiene cariño. Cariño y un espacio destacado en la historia del fútbol nacional que no se ha borrado, ni se borrará.
Y sonriamos por lo que viene. El equipo ha demostrado que sabe hacer las cosas y cuando haya que volver al barro de la Segunda RFEF este domingo, volverá a creer en su calidad, en su buen hacer y en su entrega para seguir primeros y conseguir ese ascenso que las decenas de miles de personas que han ido a Pasarón estos días desean que ocurra. A los que habéis disfrutado de la Copa y no soléis venir en liga, hacedlo, dadle una oportunidad al granate y sentiréis lo especial que es apoyar al equipo de tu ciudad cada domingo.
No estés triste por lo que pasó. Sonríe porque ocurrió.
Foto: David Rodiño