Simular partida

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Nada que rascar. La temporada del Pontevedra ha entrado ya en fase de liquidación. Mientras las matemáticas digan lo contrario el equipo tiene la responsabilidad y el deber de tratar de demostrar lo contrario y nosotros, los de siempre, de hacer creer al equipo que sí, que se puede y que los milagros a veces ocurren. Pero serían eso, milagros. La derrota ante el Ceuta fue digna, pero derrota al fin y al cabo, y el Pontevedra se ha convertido en el nuevo colista de la categoría. Al Talavera le dio tiempo a salir de ahí y comenzar su remontada, de la remontada del Ceuta hemos sido ya víctimas y para la nuestra hacen falta tiempo y argumentos. Si esto fuese un videojuego, por mi propia calma no dudaría en darle al botón de simular partida y que sea lo que tenga que ser en el mes de mayo.

Valientes

En la efectividad está la diferencia. El Pontevedra dominó en una muy buena primera parte y no le dio para ir ganando porque está en un momento en el que le entra nada. El Ceuta, por su parte, salió vivo de esas 45 minutos nefastos y supo aprovecharse de los errores de su rival para subir por momentos a Cacharrón a los altares y aprovechar después su condición humana para darle la vuelta al partido.

El Pontevedra fue valiente, con un planteamiento agresivo que casi le sale bien. La primera parte fue lo mejor del equipo granate desde que Otero se sienta en el banquillo. Por momentos el Pontevedra logró parecerse, en lo bueno y en lo malo, al Pontevedra de Ángel Rodríguez de la temporada pasada. La diferencia está en que esos errores atrás que también se veían hace un año ahora se pagan porque los equipos rivales tienen delante futbolistas que no perdonan.

Mención aparte debemos hacer al gol. Saque de esquina que no va al primer palo y tanto en jugada de estrategia. Rara avis desde hace tiempo en tierras lerezanas que merece la pena destacar cada vez que se produce. A falta de efectividad en jugada, bueno es el balón parado.

Mala dirección

Podemos echar la culpa al árbitro por el gol anulado más que discutible. Podemos echar la culpa al jardinero porque es tan malo que no nos deja entrenar en nuestro campo. O también podemos mirar el partido y ver que muchas de las decisiones que dependieron exclusivamente de la persona manda desde el banquillo, fueron incorrectas. No voy a cuestionar el once, con Bakero de titular y Charles en el banquillo, porque desconozco el estado físico de los jugadores que salieron en la segunda parte.

Toni acierta con un trivote que en durante el primer acto le ganó el medio del campo al rival. Toni acierta poniendo a Churre de lateral para dejar a Álex, el mejor futbolista del equipo en ataque actualmente, libre para hacer diabluras. Y Toni se equivoca desmontando sus dos grandes aciertos con los cambios. Mientras el entrenador del Ceuta consiguió potenciar sus virtudes, el técnico del Pontevedra desmontó sus grandes bazas para generar peligro. Perdimos a Álex y le dimos a Borja Domínguez más cosas que hacer cuando estaba ya cansado.

¿Motivos para creer?

Resulta muy complicado encontrar algún pretexto para pensar en que se puede evitar un final de temporada que no sea un polvorín. El clima actual en lo social, los cánticos desde la grada en los que ya se denota cierto sarcasmo y unos datos numéricos pobres nos obligan a bucear muy profundo si queremos encontrar algo en lo que agarrarnos.

Yo particularmente me voy a los jugadores, al orgullo, a las ganas que algunos futbolistas han demostrado en Pasarón. Me gustó el regreso de Brais, me gustó la imagen de Borja mientras le duró la gasolina, me gusta la versión Top de Pablo Cacharrón y me encanta la manera de creer que tiene nuestro capitán. Se puede ganar, se puede empatar y se puede perder, pero si los jugadores descienden de una manera digna y dejandolo todo en el campo como está haciendo Álex González, ese «jugadores mercenarios» que se escucha tantas veces durante los descensos en muchos clubes, jamás se escuchará en Pasarón.

El Pontevedra debe planificar ya la temporada que viene en el escenario más realista

Realismo y planificación

Poco me importan las matemáticas a estas alturas. El Pontevedra debe trasladarse al realismo y empezar a planificar la temporada que viene en el escenario más probable. Aunque todavía no se llegase a ese mes de marzo en el que se juegan las cosas importantes, estamos ya en las primeras páginas de la «Crónica de una muerte anunciada» y todo lo que no sea empezar a trabajar de cara al curso que viene desde ya, es perder un tiempo maravilloso para que nuestra presidenta se pueda reencontrar en verano del 2024 con Alfonso Rueda en Santiago y presumir de su tercer ascenso.

Es pronto para hablar de futuros fichajes, pero el Pontevedra debe tener ya claros cuáles son los futbolistas que no tendrían inconvenientes en seguir vistiendo de granate en los partidos en Luanco, en Langreo y en el resto de campos de Segunda RFEF. Esa base de futbolistas válidos para el cuarto peldaño del fútbol nacional es el trabajo que yo le pido a mi equipo en el mes de marzo. Eso y resolver quién va a ser el arquitecto de la nueva plantilla en los despachos. El futuro de Toni Otero (y no hablo del banquillo) debe quedar ya resuelto.

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1 comentario en «Simular partida»

  1. Muy bien explicado amigo la situación en la primera parte daba esperanzas aún q nos hubieran empatado, pero en la 2parte el entrenador nos corto las alas. No tiene ni idea de a q se tiene q jugar un desastre.

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