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Incoloros, inodoros e insípidos

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Resulta imposible para un equipo con problemas en ataque sacar algo positivo de un partido en el que su mejor baza es defender bien y evitar que el rival te someta. El resultado en Balaídos fue un ni fu ni fa en el que faltó colmillo para inquietar siquiera al filial. Tan solo al final, y con más corazón que argumentos, el Pontevedra consiguió inquietar mínimamente a un rival que por momentos pareció pecar de la misma relajación que el Castilla hace unos días. Además de ir aligerando el parte de lesiones, hará falta que Messi sea ese mirlo blanco del mercado de jugadores en paro para cambiar la dinámica de este equipo que cada semana que pasa siente el aliento del colista más de cerca.

Si algo funciona…

Decía Toni Otero en la previa del viernes que el equipo está preparado para jugar con dos o con tres centrales y la montaña de bajas que el Pontevedra tenía para esta jornada hizo que Otero volviera a apostar nuevamente por la línea de tres que dejó buena imagen en solidez defensiva hace una semana ante el Castilla. Tres novedades con respecto a lo visto hace siete días: Seoane entró por la derecha en lugar de Valen, Masogo cogió el relevo del ausente por lesión Yelko Pino y en punta lo gran novedad fue la inclusión en el once titular de Jon Bakero, quien aprovechó la lesión de Rufo para hacerse con un puesto en el once a pesar del gol de Charles en Pasarón contra el filial madridista. Bakero llevaba sin ser titular en liga desde la jornada 8, precisamente ante el Celta B en el estadio lerezano. Partido más que discreto del llegado desde Bulgaria.

Ni jugar, ni que se juegue

La táctica de Toni Otero en Balaidos fue la de impedir al Celta B que fuese el Celta B. Al igual que ocurrió hace siete días contra el Castilla, el entrenador del Pontevedra trató de que pasasen pocas cosas en el partido. Lo consiguió, al menos según cuentan los que pudieron ver el partido en sus primeros 45 minutos. Eso sí, la presión y el trabajo defensivo de los granates para no sufrir a manos de un buen filial trae como consecuencia una inoperancia en ataque que tampoco ayuda a que los de Pasarón mejoren sus guarismos ofensivos. La estrategia aguantó menos de una hora, lo que tardó el Celta B en encontrar los agujeros en la poblada defensa pontevedresa.

Más madera

Como un resorte, el gol provocó la reacción de Toni Otero. Cambio de sistema para empezar a aparecer en campo rival y encomendación de nuevo al goleador Charles para tratar de encontrar la luz que faltó en los primeros minutos. La suplencia del veterano brasileño parece tener que ver más con el aprovechamiento de su frescura con el rival cansado que en con la predilección del entrenador por otros futbolistas. El máximo goleador histórico del Pontevedra llegó a tener en su cabeza la opción del empate a tres minutos del 90.

El momento de los debuts fue a 20 minutos de final y en forma de doble cambio. Javi Robles y Víctor Casais debutaron con la camiseta del Pontevedra para tratar de obrar al menos el empate. Empezamos con 5-4-1 y acabamos con 4-4-2. Los nuevos demostraron ser futbolistas útiles que pueden ayudar al equipo, pero no son ni serán ningunos salvadores.

Con bus o sin bus

Da igual que el bus salga o no salga, el Pontevedra nunca está solo en Vigo. Una nutrida representación de aficionados granates (unas 400 personas) se dejaron su tiempo, su dinero y sus gargantas en ver a su equipo una semana más. El corto viaje y una gran tarde climática para el fútbol pusieron las cosas fáciles tanto a locales como a visitantes, pues la única grada de Balaídos abierta para los partidos del filial celeste ofreció una gran imagen de público.

El barco no se hunde cuando 400 personas se desplazan a Vigo para ver a un Pontevedra en descenso

Y bien que hicieron los que quisieron o pudieron desplazarse. La televisión pública no cumplió con lo prometido en este partido y nadie que no estuviese presente en el estadio vigués puedo ver el partido hasta el minuto 46. Mientras el balón estaba ya en juego, los que tuvimos que sufrir el partido desde casa nos informamos con reportajes de escalada, scalextric y motor. Ni TVG, ni InSports, tocó tirar de radio por problemas de recepción de señal, según indicaron las Redes Sociales de EnXogo ya con el partido empezado. Desconozco qué tipo de problemas nos impidieron ver el fútbol, pero lo que sí tengo muy claro después de tener mucho tiempo para repasar Twitter en ausencia de imágenes es que la culpa de todo la tiene el Deportivo de la Coruña.

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Resulta imposible para un equipo con problemas en ataque sacar algo positivo de un partido en el que su mejor baza es defender bien y evitar que el rival te someta. El resultado en Balaídos fue un ni fu ni fa en el que faltó colmillo para inquietar siquiera al filial. Tan solo al final, y con más corazón que argumentos, el Pontevedra consiguió inquietar mínimamente a un rival que por momentos pareció pecar de la misma relajación que el Castilla hace unos días. Además de ir aligerando el parte de lesiones, hará falta que Messi sea ese mirlo blanco del mercado de jugadores en paro para cambiar la dinámica de este equipo que cada semana que pasa siente el aliento del colista más de cerca.

Si algo funciona…

Decía Toni Otero en la previa del viernes que el equipo está preparado para jugar con dos o con tres centrales y la montaña de bajas que el Pontevedra tenía para esta jornada hizo que Otero volviera a apostar nuevamente por la línea de tres que dejó buena imagen en solidez defensiva hace una semana ante el Castilla. Tres novedades con respecto a lo visto hace siete días: Seoane entró por la derecha en lugar de Valen, Masogo cogió el relevo del ausente por lesión Yelko Pino y en punta lo gran novedad fue la inclusión en el once titular de Jon Bakero, quien aprovechó la lesión de Rufo para hacerse con un puesto en el once a pesar del gol de Charles en Pasarón contra el filial madridista. Bakero llevaba sin ser titular en liga desde la jornada 8, precisamente ante el Celta B en el estadio lerezano. Partido más que discreto del llegado desde Bulgaria.

Ni jugar, ni que se juegue

La táctica de Toni Otero en Balaidos fue la de impedir al Celta B que fuese el Celta B. Al igual que ocurrió hace siete días contra el Castilla, el entrenador del Pontevedra trató de que pasasen pocas cosas en el partido. Lo consiguió, al menos según cuentan los que pudieron ver el partido en sus primeros 45 minutos. Eso sí, la presión y el trabajo defensivo de los granates para no sufrir a manos de un buen filial trae como consecuencia una inoperancia en ataque que tampoco ayuda a que los de Pasarón mejoren sus guarismos ofensivos. La estrategia aguantó menos de una hora, lo que tardó el Celta B en encontrar los agujeros en la poblada defensa pontevedresa.

Más madera

Como un resorte, el gol provocó la reacción de Toni Otero. Cambio de sistema para empezar a aparecer en campo rival y encomendación de nuevo al goleador Charles para tratar de encontrar la luz que faltó en los primeros minutos. La suplencia del veterano brasileño parece tener que ver más con el aprovechamiento de su frescura con el rival cansado que en con la predilección del entrenador por otros futbolistas. El máximo goleador histórico del Pontevedra llegó a tener en su cabeza la opción del empate a tres minutos del 90.

El momento de los debuts fue a 20 minutos de final y en forma de doble cambio. Javi Robles y Víctor Casais debutaron con la camiseta del Pontevedra para tratar de obrar al menos el empate. Empezamos con 5-4-1 y acabamos con 4-4-2. Los nuevos demostraron ser futbolistas útiles que pueden ayudar al equipo, pero no son ni serán ningunos salvadores.

Con bus o sin bus

Da igual que el bus salga o no salga, el Pontevedra nunca está solo en Vigo. Una nutrida representación de aficionados granates (unas 400 personas) se dejaron su tiempo, su dinero y sus gargantas en ver a su equipo una semana más. El corto viaje y una gran tarde climática para el fútbol pusieron las cosas fáciles tanto a locales como a visitantes, pues la única grada de Balaídos abierta para los partidos del filial celeste ofreció una gran imagen de público.

El barco no se hunde cuando 400 personas se desplazan a Vigo para ver a un Pontevedra en descenso

Y bien que hicieron los que quisieron o pudieron desplazarse. La televisión pública no cumplió con lo prometido en este partido y nadie que no estuviese presente en el estadio vigués puedo ver el partido hasta el minuto 46. Mientras el balón estaba ya en juego, los que tuvimos que sufrir el partido desde casa nos informamos con reportajes de escalada, scalextric y motor. Ni TVG, ni InSports, tocó tirar de radio por problemas de recepción de señal, según indicaron las Redes Sociales de EnXogo ya con el partido empezado. Desconozco qué tipo de problemas nos impidieron ver el fútbol, pero lo que sí tengo muy claro después de tener mucho tiempo para repasar Twitter en ausencia de imágenes es que la culpa de todo la tiene el Deportivo de la Coruña.

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