Dos semanas no parecen ser mucho tiempo pero si decimos que son sin ver al Pontevedra CF, pues la cosa cambia. Después de 15 días desde el último partido, por fin podíamos volver a ver a los jugadores vestidos de granate y comprobar si las dos semanas de parón habían servido para cambiar algo. Y vaya si sirvieron, Jesús Ramos tiró de su libreta y, para dar en la cara a los muchos que criticamos su falta de alternativas, presentó un once con varios cambios y una manera de jugar diferente a las que nos tenía acostumbrados.
La entrada en el once inicial de Jorge y Borja Martínez sorprendió a muchos. Si bien había una posibilidad de que debido a volver de lesión Romay no jugada, sentar a Oier después de ser de los jugadores más destacados en los últimos partidos parecía una apuesta arriesgada. Y vaya apuesta le salió a Ramos, que consiguió que el equipo mostrara una cara totalmente diferente a la vista en los últimos partidos.
Como nos hemos cansado de ver en la prensa visitante, el Salamanca CF venía con urgencias de generar algún punto, algo sorprendente si miramos el presupuesto y lo que tiene este equipo detrás. Pero después de ver el partido que hicieron en Pasarón, mucho van a tener que cambiar si quieren estar arriba. Y es que el partido fue un auténtico monólogo granate, dominando en todo momento el juego y dejando a los charros únicamente como meros espectadores de un partido en el que solo generaron una ocasión de peligro.
Durante la primera parte el Pontevedra supo hacer invisible al Salamanca a base de presión y buenas combinaciones. Las entradas por las dos bandas a base de triangulaciones se sucedieron durante los primeros 45 minutos, con un Jorge que sabía sacar muy bien el balón y con una delantera que sabía cuando tenía que bajar a pedir el balón y cuando tenía que correr entre líneas. Oportunidades hubo, y muchas: Rufo de cabeza, Alex desde un disparo lejano, otro remate de Xisco… incluso Charles marcó un gol que se anuló por un posible, dudoso, fuera de juego. La primera parte fue eso, un dominio completo granate, con muchas ocasiones pero sin goles.
En la segunda el argumento fue prácticamente el mismo pero con un pequeño giro: el Salamanca se quedaría con 10 después de un derribo de DeLorenzi a Charles cuando corría para encarar solo a la portería salmantina. Una expulsión tan clara como dice el reglamento y que, después de las múltiples faltas que hizo el conjunto visitante, muchos granates esperaban debido a la dureza de su juego y las múltiples protestas de toda la plantilla visitante. Si el partido ya era un monólogo antes, con un jugador más esto se acentuó, teniendo el Pontevedra en todo momento el balón, pero sin conseguir meter el esférico en las mallas rivales.
La ansiedad por marcar comenzaba a aparecer y Jesús Ramos decidió tirar de banquillo, metiendo a Romay y a Oier por Aitor y Eneko en un primer momento. Los laterales habían hecho un gran partido, pero se necesitaba pólvora arriba y eso es lo que se consiguió con este doble cambio. Las ocasiones se convirtieron en mucho más claras: un remate de Charles a dejada de Rufo que paró el portero salmantino, un cabezazo de Xisco picado que se encontró el portero y hasta una de Iñaki, que entró en los últimos minutos, recortando en el área y estrellando su balón en el portero.
Se dice que el fútbol es injusto, pero este domingo los dioses del balonpié se vistieron de granate y en el minuto 89, después de un desmarque de Rufo, Barbero derribó al delantero madrileño y provocó que se pitara un penalti más que claro. Penalti que lanzaría Charles de manera perfecta, consiguiendo abrir la lata que se había resistido en esos momentos. Con el marcador en contra, los salmantinos se echaron arriba para intentar conseguir al menos 1 punto y en una de esas, Iñaki recuperó un balón que inició una contra de libro del Pontevedra a los pies de Charles, que corrió cual jabato y le asistió a Rufo para que se plantara solo delante de Barbero y consiguiera su primer gol de la temporada.
El árbitro pitó el final minutos después, dando los 3 puntos a un Pontevedra que supo cambiar su estilo de juego para jugar contra un rival que horas después todavía no sabe lo que le pasó por encima. En una semana toca visitar la capital de Galicia para enfrentarnos a la SD Compostela.