Fin a la racha de malos resultados y nueva bocanada de aire para el Pontevedra. La ansiada y necesitada victoria acaba de llegar y, parafraseando a Señor en sus declaraciones postpartido, «aún no hemos hecho nada». Queda todavía el siguiente. Y después el siguiente del siguiente. El Pontevedra se ha encontrado con una vida extra perdida justo cuando creía que el juego estaba acabado y tratará de estirarla lo máximo posible para ver si con ella le llega para acabar la pantalla de este particular juego en modo difícil que se ha impuesto para acabar la liga.
El once de las sorpresas
No sé si Señor o su cuerpo técnico habrán sorprendido al rival con su planteamiento inicial, pero sí con el once. El regreso a los tres centrales dio fiabilidad defensiva a un equipo necesitado de crecer desde la defensa. Hablando de sorpresas principalmente podemos destacar dos en el once de partida. La primera ver a Samu Araujo actuando de central izquierdo en la línea de tres centrales, un puesto que no era para él desconocido al haber actuado allí en su pasado en la cantera del Atlético de Madrid y que defendió con ciertas garantías. La segunda sorpresa fue la inclusión de Víctor Casais en el once titular. Sorpresa que se hace mayor al saber que el delantero del filial fue parte del equipo de Jesús Ramos el sábado en el partido en a Xunqueira en el que además consiguió ver puerta.
Los once y alguno más
También sorprendió Señor con los cambios. Sobre todo por la recuperación del ostracismo de un Yelko que fue el primer sorprendido por su levantamiento de castigo. El jugador pudo reivindicarse provocando después el penalti que supuso el 2-1, demostrando así que lleva tiempo mereciendo ser parte de la dinámica del equipo.
Mención aparte en esta misma acción es el tanto de Rufo, también recuperado después de tiempo fuera por lesión. El equipo necesita los goles del madrileño y el chute de moral y energía que le puede dar este tanto en el complicado tramo final de temporada puede ser fundamental para sumar más gente que pueda aportar en los cuatro partidos que restan por delante. El primer cambio del encuentro, Alberto Rubio, también mejoró las prestaciones de sus últimos partidos.
Brais y el corazón en un puño
La nota negativa del partido la puso Brais Abelenda. Su retirada del campo a lágrima viva hizo que todos nos temiéramos lo peor, pensando en una lesión peligrosa que hiciese que el máximo goleador granate no se volviese a vestir de corto esta temporada. De las declaraciones de Juan Señor tras el partido se deduce que el cambio tiene más que ver con la conmoción del golpe que con una posible lesión.
Señor mandó un mensaje tranquilizador sobre el estado de Brais Abelenda
Lo cierto es que la gestión de su golpe fue bastante desconcertante. Brais se pasó más de 5 minutos fuera del terreno de juego siendo atendido por los servicios médicos en el vestuario para darle los puntos en el labio que necesitaba. Mientras tanto en el banquillo del Pontevedra tardaron casi tres minutos en poner a calentar a alguien por si el ex del Compostela no podía regresar.
El rival más débil
Lo cierto es que quien escribe todavía se resiste a mostrar cierto optimismo pese a la victoria. Me cuesta ver todavía al Pontevedra en la línea de ser un equipo lo suficientemente sólido como para poder ganar partidos por sí mismo. Tratando de no quitarle mérito a la victoria ante el Sanse ni a las últimas cosechadas por el equipo de Señor (incluso a alguna que otra de etapas anteriores), lo cierto es que tengo la sensación de que para que el Pontevedra consiga los tres puntos el equipo rival tiene que estar objetivamente mal. Lo estuvo el Algeciras, lo estuvo el Linares, lo estuvo el Córdoba y ayer lo estuvo un Sanse muy anodino que apenas inquietó a Cacharrón en la segunda parte.
Sé que este Pontevedra es capaz de más, pero esa capacidad de demostrar sus fortalezas la he visto más veces reflejada en la manera de competir en las derrotas o en algún empate que superando a equipos que han dejado mucho que desear en su paso por Pasarón.